Hachís y hierba son términos utilizados a menudo para referirse a lo mismo, mientras que son sustancias con más de una diferencia. Lee más para tener una visión más clara.

El cannabis, una planta conocida por sus variadas propiedades, ha sido objeto de discusión y debate durante décadas. El lenguaje coloquial utiliza a menudo los términos ” hachís ” y “hierba” para referirse al consumo de cannabis, pero estas expresiones encierran una serie de significados y matices que merecen un análisis más profundo.

En nuestro viaje para explorar la diferencia entre hachís y hierba, enseñaremos el misterio que rodea a estas palabras comunes que no deben confundirse entre sí. Descubriremos cómo el uso del cannabis puede cambiar considerablemente en función de factores como la variedad de la planta, el método de consumo y las preferencias individuales. Aunque estos términos puedan parecer intercambiables a primera vista, sus significados evolucionan cuando se examina el cannabis desde una perspectiva más detallada.

En los párrafos siguientes, estudiaremos los matices de las experiencias y los efectos que acompañan a cada método de consumo de cannabis. Tanto si eres un observador curioso como un consumidor interesado, este artículo te guiará por el fascinante y complejo mundo del cannabis, ofreciéndote una visión más clara de lo que llamamos fumar hierba o hachís.

¿Cuál es la diferencia entre el hachís y la hierba?

La principal diferencia entre el hachís y la hierba es su composición. Aunque en el lenguaje común estos dos términos se utilizan a veces como sinónimos, en realidad estamos hablando de dos productos bastante diferentes. 

¿Qué se entiende por hachís? Es una palabra coloquial para referirse al hachís. Tradicionalmente se produce cosechando las glándulas de resina de las plantas de cannabis y comprimiéndolas después en bloques o extrayéndolas en pastas. Este producto final puede luego fumarse de diversas formas, como por ejemplo mediante el uso de una pipa adecuada, en los países en los que este método de consumo está permitido. 

Por otro lado, “hierba” es un término más genérico que se refiere al cannabis en su forma seca, compuesta principalmente por hojas y flores. La hierba es el tipo de cannabis más común y más consumido. Se puede encontrar tanto en forma de inflorescencia como triturada. 

Otra diferencia importante entre el hachís y la hierba radica en la concentración de cannabinoides, como el THC y el CBD. El hachís suele tener una mayor concentración de THC, el componente psicoactivo, que la hierba.

Por lo tanto, el hachís es conocido por su potencia y concentración de THC, sin embargo, la hierba ofrece una gama más amplia de opciones y puede considerarse una forma “más ligera” de cannabis.

¿En qué se diferencian la producción de hachís y la de hierba?

La producción de hachís y la producción de hierba son diferentes tanto en lo que se refiere a los procesos de cosecha como a la preparación de las distintas partes de la planta. Veamos las principales diferencias en la producción de estas dos formas de cannabis.

La producción de hachís se lleva a cabo de la siguiente manera:

  • Cosecha de las glándulas de resina: para producir hachís, es necesario cosechar los tricomas de la planta de cannabis hembra, donde se encuentran la mayoría de los cannabinoides;
  • Separación de las glándulas: las glándulas de resina cosechadas se separan de las partes de la planta, un proceso que puede realizarse mecánicamente o mediante métodos de extracción química;
  • Extracción por compresión o en pasta: tras la separación de las glándulas, éstas se comprimen en bloques o se raspan hasta obtener una consistencia pastosa.

Veamos ahora la producción de hierba:

  • Cosecha de hojas y flores: en este caso, se utiliza la parte vegetal de la planta, es decir, las flores y las hojas superiores, que también contienen una concentración significativa de cannabinoides, pero menor que las glándulas de resina;
  • Secado: las partes cosechadas se secan lentamente para eliminar la humedad;
  • Trituración o procesamiento: tras el secado, la hierba puede triturarse o procesarse más para prepararla para el consumo.

Estas diferentes técnicas de producción no sólo influyen en el aspecto del producto final, sino también en la concentración de cannabinoides y, en consecuencia, en los efectos experimentados por los usuarios.

Diferencia entre hierba y hachís: cómo se consume y se utiliza

Las formas de consumir la hierba y el hachís varían según los objetivos y las preferencias personales.

  • Fumar: La hierba y el hachís suelen fumarse en cigarrillos hechos a mano (comúnmente llamados porros), pipas, bongs o vaporizadores, a veces mezclados con tabaco o consumidos en estado puro. Sin embargo, fumar implica la inhalación de sustancias combustibles, que pueden afectar negativamente la salud pulmonar. Por esta razón, este método suele ser preferido por los consumidores más experimentados.
  • Vaporización: Este método calienta la hierba o el hachís a temperaturas más bajas que la combustión, lo que permite liberar los cannabinoides sin quemar la sustancia. Aunque todavía no existe un consenso definitivo, suele considerarse una opción menos perjudicial para la salud que fumar.
  • Ingesta con edibles: De esta manera, los cannabinoides se incorporan a alimentos como dulces y platos salados, y son metabolizados por el hígado. Este procedimiento produce un efecto más lento pero mucho más duradero. Sin embargo, la dosis es menos predecible, por lo que hay que tener especial cuidado para evitar el riesgo de sobredosis.

La hierba y el hachís se consumen habitualmente fumándolos o vaporizándolos, dos formas que, si bien comparten cierta similitud, presentan diferencias sustanciales en cuanto a efectos e intensidad.

Mientras que la hierba suele fumarse en porros, pipas o cachimbas, el hachís también puede fumarse o vaporizarse, pero tiende a resultar más fuerte y concentrado en sus efectos. La vaporización es una opción cada vez más popular para los dos, ya que permite calentar la sustancia a temperaturas inferiores que la combustión, liberando los cannabinoides sin producir sustancias nocivas típicas de la combustión. Este método, considerado menos perjudicial para la salud, suele ser el preferido por los consumidores que buscan una experiencia más limpia. 

En lo que respecta al uso culinario, tanto el hachís como la hierba pueden utilizarse, pero con algunas diferencias. El hachís, debido a su consistencia densa y su alto contenido de cannabinoides, puede disolverse en grasas como mantequilla o aceite para la preparación de edibles. Sin embargo, debido a su potencia y concentración, a menudo se prefiere inhalar el hachís en lugar de cocinarlo, lo que produce efectos más fuertes e inmediatos.

La hierba, por otra parte, se utiliza más frecuentemente en las recetas culinarias, gracias a su estructura menos compacta que permite una infusión más fácil en grasas y aceites. La elección entre la inhalación y el consumo a través de comestibles depende no sólo de la preferencia personal, sino que también del efecto deseado: la inhalación ofrece un efecto más rápido e intenso, mientras que el consumo a través de comestibles aporta un efecto más gradual y prolongado, metabolizado a través del hígado.
Sin embargo, también hay variantes de hierba legal y hachís de CBD, caracterizadas por un porcentaje muy bajo de THC, el compuesto psicoactivo del cannabis. Estos productos, con niveles de THC inferiores al 0,6%, no producen efectos psicoactivos significativos, lo que los convierte en una opción segura y legal.

¿Cuáles son las contraindicaciones?

Tanto el hachís como la hierba pueden conllevar ciertas contraindicaciones y riesgos para la salud si se consumen en exceso o sin control. En primer lugar, pueden aumentar el riesgo de ansiedad, paranoia y trastornos psicóticos en algunas personas, especialmente en individuos predispuestos.

En segundo lugar, ambas pueden conducir al desarrollo de dependencia psicológica si se consumen de forma habitual y abundante. El THC presente en cantidades significativas en el hachís puede hacerlo especialmente potente y potencialmente más adictivo.

Por esta razón, fumar a una edad temprana puede interferir en el desarrollo normal del cerebro y aumentar el riesgo de problemas cognitivos a largo plazo. 

Las contraindicaciones surgen cuando nos enfrentamos a una alta concentración de THC. Su primer y más rápido efecto secundario es el colocón, pero puede provocar efectos secundarios más importantes cuando se toma sin supervisión.

Fumar con una concentración elevada de THC puede provocar efectos psicoactivos mucho más intensos, una tolerancia y adicción rápidas y crecientes, y problemas cognitivos a largo plazo.

¿Cuál produce más efectos secundarios?

Los mayores efectos secundarios son sin duda los del hachís. Si es muy puro, puede provocar alteraciones en el estado de ánimo, el pensamiento y la percepción. Puede provocar alucinaciones y ataques de pánico. Puede afectar negativamente a la coordinación motora y a la concentración, por lo que no se recomienda su consumo antes de conducir. Los efectos secundarios leves pueden incluir taquicardia, sequedad de boca y enrojecimiento de los ojos.

Volvamos de nuevo a la diferencia entre fumar y la hierba, entendida como marihuana con una concentración moderada de THC. En este caso, pueden aparecer efectos psicoactivos, pero menos intensos que con el hachís. La marihuana puede afectar a la memoria a corto plazo y a la función cognitiva, pero siempre que se consuma en grandes cantidades y durante mucho tiempo. Además de ansiedad y paranoia, también puede tener efectos sedantes, una de las razones por las que mucha gente la consume en todo el mundo. 

Por último, existe una variedad mucho más ligera, que es la variedad de cannabis light. La concentración de THC es muy baja, tanto que no es percibida por el organismo. No tiene efectos psicoactivos, a menos que una persona sea especialmente sensible. 

La mayoría de los consumidores no experimentan alteraciones significativas del pensamiento o del estado de ánimo. En cambio, la hierba light se asocia con una mejora del estado de ánimo y una sensación de relajación y bienestar. Los efectos secundarios como la ansiedad, la paranoia y la sequedad de boca son menos comunes con el cannabis light precisamente porque el cannabinoide predominante es el CBD y no el THC. 

Recuerda siempre que en todos los casos los efectos secundarios pueden variar de una persona a otra y dependen de la dosis, la tolerancia individual y otros factores.

Niveles de THC en el hachís y la hierba

Los niveles de THC en el cannabis pueden variar mucho en función de la variedad de la planta, las condiciones de cultivo y el método de producción. 

El hachís puede contener concentraciones de THC que oscilan entre el 5% y el 60%, pero suelen rondar el 20%. El hachís con concentraciones de THC superiores al 30% se considera muy potente.

La marihuana, por su parte, puede contener THC del 1% al 30%, aunque suele rondar el 10%.

Por último, existe la llamada hierba legal, que en Italia contiene una concentración de principio activo psicoactivo inferior al 0,5%. Este porcentaje se considera seguro para el organismo y es el único aprobado por la ley. Todos los productos con una concentración superior deben considerarse ilegales. 

También es importante saber que cada estado ha establecido su propio límite, por lo que lo que es ilegal en un país puede ser legal en otro. A la hora de comprar productos de cannabis, siempre es mejor comprobar la legislación vigente.

¿Son legales el hachís y la hierba hoy en día?

En España, la legislación sobre el cannabis es compleja y ha sufrido varios cambios a lo largo de los años. 

El consumo de cannabis con altas concentraciones de THC solo es legal con fines médicos. En 2013, se introdujo una ley que permitía el uso terapéutico del cannabis para el tratamiento de algunas afecciones médicas específicas como el dolor crónico, la esclerosis múltiple y la epilepsia resistente a los tratamientos convencionales. Sin embargo, el acceso al cannabis medicinal está regulado y requiere receta médica.

En 2016, se ha introducido una ley que legaliza la venta de cannabis con una concentración de THC inferior al 0,5%, es decir, cannabis light. Esta forma de cannabis está disponible en varias tiendas, tanto físicas como en línea, y se puede comprar sin receta. 

Entonces, ¿el hachís y la hierba son legales? La respuesta es , pero con muchas limitaciones. El consumo recreativo de cannabis sigue siendo ilegal en España. Poseer, cultivar o vender cannabis con una concentración de THC superior al 0,2 % es ilegal y puede acarrear sanciones legales.

Hachís y hierba ligera

Ahora ya conoces la diferencia entre el hachís y la hierba, y sobre todo sabes qué se entiende por hierba legal. Mientras que el hachís, con su intensa potencia, puede proporcionar efectos psicoactivos más fuertes, la hierba ofrece una gama de soluciones para los usuarios que desean disfrutar de las propiedades del cannabis en lugar de sus efectos secundarios.

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