Mucha gente no lo sabe pero incluso nuestros amigos de cuatro patas, a los que a menudo consideramos miembros de pleno derecho de nuestra familia, pueden sufrir ansiedad y ataque de pánico. Las causas pueden ser muchas y generan un estado de angustia y estrés en el animal que potencialmente conduce a la activación de un comportamiento ansioso muy similar a los de los humanos. Estos episodios, aunque no siempre son fácilmente reconocibles, pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de nuestro perro.
Aprender a reconocer rápidamente los desencadenantes y los síntomas específicos de los ataques de pánico en perros es el primer paso fundamental para una intervención eficaz. Sólo mediante un conocimiento profundo de lo que causa estas reacciones en nuestro amigo peludo, podremos tomar las medidas necesarias para prevenirlas, tratarlas con el enfoque adecuado y, por último, curarlas para que nuestro perro pueda volver a llevar una vida tranquila y sana.
Qué es el ataque de pánico en perros
Los ataques de pánico en perros surgen de un profundo sentimiento de miedo, estrés o emociones muy fuertes que inducen una serie de manifestaciones comportamentales y síntomas reconocibles. En concreto, se trata de temblores, dificultad para respirar, salivación excesiva, intentos de escapar o esconderse (por ejemplo, arañando las puertas) y mecanismos compulsivos como ladridos continuos, bostezos, lamidos y masticaciones.
Si estos comportamientos no se abordan y resuelven a tiempo, la ansiedad puede volverse crónica y, como consecuencia, manifestarse repetidamente a lo largo del tiempo, dejando a nuestro amigo de cuatro patas en un estado de excitación constante, incapaz de afrontar y soportar el estrés.
La diferencia entre ansiedad y ataque de pánico en perros
Antes de descubrir juntos cómo podemos actuar para ayudar a nuestro perro, aclaremos un poco la diferencia entre ansiedad y ataque de pánico.
La ansiedad es el sentimiento de anticipación, lo que cualquier organismo vivo activa ante una situación percibida como peligrosa. Se trata de un mecanismo primario, el impulso instintivo que hace que cualquier animal corra a refugiarse de una amenaza inminente. Muy a menudo, la ansiedad se vuelve crónica y adquiere así un carácter persistente, convirtiéndose con el tiempo en una respuesta a largo plazo a situaciones estresantes y ansiógenas.
Como se puede ver en la imagen arriba, hay muchos tipos de ansiedad en perros, las más comunes son:
- Ansiedad por separación: muchos perros muestran signos de ansiedad cuando se dan cuenta de que su dueño está a punto de salir de casa, que incluyen llanto y masticación compulsiva.
- Ansiedad durante las tormentas o fuegos artificiales: se sabe que estos dos fenómenos asustan y ponen ansiosos a nuestros amigos de cuatro patas, que pueden empezar a temblar, esconderse, buscar ayuda de su dueño, jadear o lamerse constantemente.
- Ansiedad social: en presencia de otros perros o personas desconocidas, algunos perros pueden activar comportamientos de evitación, rigidez, ladridos o intentar esconderse detrás de su dueño.
Un ataque de pánico, en cambio, es un fenómeno repentino e inesperado, que estalla sin motivo aparente, dejando tanto al perro como a su dueño asustados y desorientados. A diferencia de la ansiedad general, el ataque de pánico se produce con una rapidez e intensidad que pueden ser realmente alarmantes. Por ello, reconocer sus síntomas y actuar con prontitud es esencial para minimizar el malestar del animal y prevenir más episodios.
Pero, antes de pasar a los síntomas de un ataque de pánico en perros, veamos juntos las causas.e.
Causas de los ataques de pánico en perros
El origen de los ataques de pánico varía de un perro a otro pero los expertos han podido agruparlos en tres macro categorías:
- Factores físicos y ambientales: el entorno que rodea a un perro puede tener un impacto sustancial en la calidad de su vida y ser un desencadenante muy importante cuando se trata de ataques de pánico. Los ruidos fuertes y repentinos, cambios en la rutina, nuevos espacios y personas desconocidas pueden desencadenar miedo, ansiedad y estrés en los perros.
- Traumas pasados: a la hora de adoptar un perro, siempre hay que tener en cuenta de lo que ha pasado antes de nuestra llegada. Los perros que tienen un pasado traumático, por ejemplo que han sido abandonados, maltratados o han vivido acontecimientos aterradores, pueden sentir emociones de miedo, ansiedad y estrés en situaciones que recuerdan el trauma.
Pero no sólo eso, incluso el simple hecho de llevarlo al veterinario para una visita que fue difícil y aterradora para el animal, puede provocarle ataques de pánico de camino a su destino
Respuesta emocional individual del perro: la raza, la edad, la salud general y los niveles de socialización son factores que pueden influir en la personalidad individual de un perro. Los perros más sensibles y tímidos suelen ser más propensos a sufrir ataques de pánico.
Síntomas del ataque de pánico en el perro
Veamos en detalle los síntomas más comunes que un perro que sufre ataque de pánico puede mostrar y que es importante que su dueño reconozca:
- Temblores;
- Jadeo (sin actividad física previa o calor);
- Inquietud;
- Ladridos y aullidos;
- Agresividad inusual e inesperada;
- evitación;
- Lamerse los labios y bostezar;
- Intentos de huida;
- Esconderse;
- Vómitos;
- Inmovilización y rigidez;
- Babeo;
- Parada repentina;
- Frecuencia cardiaca elevada;
- Cavar en lugares inusuales de la casa;
- Buscar el consuelo y la protección del amo;
- Ataques de diarrea.
La duración de estos episodios puede variar de pocos minutos a horas, dependiendo del desencadenante y el entorno circundante. Un ataque de pánico desencadenado de los fuegos artificiales o el trueno de una tormenta puede terminar en cuanto cese el ruido o durar poco más. En cambio, el miedo desencadenado por una visita al veterinario puede tardar más en desaparecer, al menos hasta que el perro haya sido llevado a casa y por fin se sienta seguro en ella.
También hay casos particulares donde el sentimiento de angustia que siente nuestro animal puede durar días y, cada vez que se encuentre en esa situación desencadenante concreta, aumenta en gravedad e intensidad.
Llegados a este punto, es posible que te preguntes: ¿cómo puedo ayudar a mi perro a sentirse mejor? En la siguiente sección, proponemos cinco pasos que el propietario debe dar cada día para mantener a su mascota bajo control y, si es necesario, intervenir con prontitud.pestivamente.
3 actitudes correctas para ayudarlo
Los animales de todas las especies se comunican principalmente mediante el lenguaje del cuerpo. ¿Cuántas veces nos sentimos tristes, desmoralizados o estresados y notamos que nuestro amigo de cuatro patas se acerca a nosotros en un evidente intento de reconfortarnos?
Esto pasa porque los animales son muy hábiles para percibir e interpretar nuestras emociones y, como es lógico, su proximidad suele ser útil en el tratamiento de ciertos tipos de trastornos.
Aquí tienes tres actitudes correctas que cualquiera puede poner en práctica para intentar calmar y tranquilizar a su perro:
1. Tranquilizarlo con gestos cariñosos
Para un perro, tu presencia es fundamental en muchísimos momentos de su vida, especialmente en los de sufrimiento y estrés. Sentarte a su lado, hacerle mimos y hablarle con dulzura será de gran apoyo para superar el ataque de pánico.
En resumen, en los momentos más críticos, tu presencia representa un verdadero ancla emocional para el perro y contribuye a fortalecer aún más vuestra relación de confianza y amor.
2. Mantenerse positivos y de buen humor
Ellos, como nosotros, necesitan ser tranquilizados y sentirse protegidos. De hecho, es un intercambio mutuo de afecto. Si tu perro sufre un ataque de pánico, mantenerse calmos y positivos lo ayudará a tranquilizarse y a superar la crisis. Por el contrario, mostrarse preocupados y nerviosos no hará más que amplificar su estado de agitación y estrés.
Esta pequeña medida no sólo servirá de apoyo al perro, sino que también reforzará el vínculo de confianza mutua, contribuyendo a crear un entorno donde tanto tú como tu amigo de cuatro patas podáis afrontar estos momentos difíciles con mayor serenidad.
3. Desplazar su atención a otra parte
Durante un ataque de pánico, otra cosa útil que se puede hacer es crear estímulos de juego que lo mantengan ocupado durante mucho tiempo. Esto acelerará el proceso de relajación del perro, ya que su mente estará ocupada por nuevos pensamientos positivos y distraída de la fuente de estrés.
Sacarlo fuera, trasladarlo a un lugar más tranquilo, utilizar juguetes rompecabezas, ofrecerle comida sabrosa o hacerle ejecutar órdenes sencillas recompensadas con premios son ejemplos sencillos e inmediatos que cualquiera puede poner en práctica en un momento de necesidad.
Si el perro no se tranquiliza y necesita un enfoque repetido y a largo plazo, dos técnicas eficaces para utilizar que recomiendan los expertos son la desensibilización y el contracondicionamiento:
- Desensibilización: es un método que consiste en la exposición gradual del perro al evento que desencadena el ataque de pánico. De este modo, tu amigo de cuatro patas dejará poco a poco de asociar la situación a sentimientos de ansiedad y pánico, hasta volverse inmune a ellos.
Por ejemplo, si sufre ansiedad por separación, será suficiente empezar con la simulación de actitudes típicas que el perro reconoce y asocia a cuando estás a punto de salir de casa, como ponerse los zapatos, la chaqueta y coger las llaves, sin salir inicialmente. - Contracondicionamiento: esta técnica consiste en introducir una golosina, recompensa o caricia en el contexto de la situación estresante del perro. De este modo, el animal empezará gradualmente a asociar el estímulo que le provoca miedo o ansiedad con algo agradable y tranquilizador.
Con el tiempo y la repetición, el perro puede llegar a cambiar su reacción emocional de miedo por una expectativa positiva vinculada al refuerzo recibido.
Remedios naturales para el ataque de pánico en perros
En caso de que ninguno de los métodos y técnicas descritos hasta ahora funcione, lo ideal sería recurrir a un tipo de ayuda adicional para el bienestar de tu perro.
Existen numerosos medicamentos que tu veterinario puede recetar, o que se pueden adquirir en farmacias, pero es importante tener en cuenta que, aunque pueden ofrecer un alivio inmediato, a largo plazo pueden tener efectos secundarios indeseables y ser perjudiciales para tu amigo peludo.
Una solución alternativa, igual de eficaz, pasa por el uso de remedios naturales. Estos remedios, a menudo basados en hierbas o ingredientes naturales, son capaces de ayudar a tu mascota a encontrar alivio a los síntomas de la ansiedad y el estrés, permitiéndole volver a un estado de calma sin comprometer su salud y bienestar general.
He aquí una lista de los productos naturales más populares para tratar los ataques de pánico en perros:
- Aceite de CBD para perros: Los perros poseen un sistema endocannabinoide (SCE), similar al de los humanos, que regula funciones fisiológicas fundamentales como el dolor, el estado de ánimo, el apetito, el sueño y la respuesta inmunitaria. El CBD, un compuesto natural derivado de la planta de cannabis, se une a los receptores CB1, situados en el cerebro y el sistema nervioso central, reduciendo la ansiedad y el estrés, y a los receptores CB2, situados en el sistema inmunitario y los tejidos periféricos, ayudando a modular la respuesta inflamatoria y a reducir el dolor.
Debido a estas propiedades, el CBD puede calmar el sistema nervioso del perro, aliviando los síntomas de ansiedad y estrés, así como proporcionar un alivio natural del dolor sin los efectos secundarios de los fármacos convencionales.
Además, refuerza el sistema inmunitario y, al no contener THC, no altera el estado mental del perro, por lo que su uso regular es seguro. No obstante, siempre es aconsejable consultar al veterinario antes de iniciar un tratamiento con CBD para asegurarse de que es adecuado para las necesidades específicas de tu perro. - Remedios homeopáticos: Aconitum napellus, Phosphorus y Pulsatilla pueden ser útiles para tratar los ataques de pánico en perros debido a sus propiedades específicas que actúan de forma natural y suave sobre el sistema nervioso.
Aconitum napellus se utiliza a menudo para tratar estados de miedo repentino y ansiedad aguda, ayudando a calmar al perro durante los episodios de pánico. Phosphorus está indicado para perros especialmente sensibles y nerviosos con predisposición a la ansiedad y el miedo, mientras que Pulsatilla es útil para perros que tienden a ser emocionales y dependientes, ayudando a estabilizar sus emociones en momentos de estrés. - Hierbas calmantes: la manzanilla, la valeriana y la hierba de San Juan pueden ser útiles para controlar los ataques de pánico en perros debido a sus propiedades relajantes y ansiolíticas naturales.
La manzanilla es conocida por su efecto calmante sobre el sistema nervioso, que ayuda a reducir la ansiedad y favorece la relajación muscular. La valeriana, otro remedio a base de hierbas, se utiliza a menudo por su potente efecto sedante natural, que puede ayudar a calmar a los perros durante situaciones de mucho estrés o pánico. La hierba de San Juan, también conocida como hipérico, tiene propiedades que pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad, ayudando a estabilizar el estado emocional del perro. - Aceites esenciales: son extractos concentrados obtenidos de plantas, flores y hierbas, y pueden ser útiles para controlar los ataques de pánico en perros gracias a sus potentes propiedades calmantes y relajantes. Por ejemplo, el aceite de lavanda es conocido por su efecto sedante natural, que puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, promoviendo un estado de calma en los perros.
Este aceite actúa sobre el sistema nervioso, reduciendo los niveles de tensión y ayudando a estabilizar el estado de ánimo, lo que resulta especialmente útil durante un episodio de pánico. Para aplicar el aceite esencial de lavanda, es importante diluirlo primero en un aceite portador seguro, como el aceite de coco o de almendras, para evitar irritaciones. Una vez diluido, puede aplicar una pequeña cantidad en el cuello, la espalda o las patas del perro, masajeando suavemente la piel.
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Terapías médicas
Si, a pesar de poner en práctica todos los remedios anteriores, los ataques de pánico del perro siguen aumentando en frecuencia e intensidad, si observas que empieza a adoptar actitudes destructivas o peligrosas o si se producen cambios en su comportamiento general (apatía, falta de apetito, problemas de sueño), entonces es el momento de buscar ayuda médica.
Existen tres tipos de terapia farmacológica que pueden llevarse a cabo:
- Tratamiento farmacológico: los ansiolíticos o antidepresivos, estrictamente prescritos por el veterinario, pueden ser útiles para estabilizar el sistema nervioso del perro, reduciendo la ansiedad y el estrés que provocan los ataques de pánico.
Estos fármacos actúan regulando los neurotransmisores del cerebro, como la serotonina, que influyen en el estado de ánimo y la respuesta al estrés. - Terapias complementarias: las terapias complementarias como la acupuntura y los masajes pueden ser de gran ayuda en el tratamiento de los ataques de pánico en perros, ya que ofrecen un enfoque natural y no invasivo para reducir la ansiedad y el estrés. La acupuntura, que consiste en la inserción de finas agujas en puntos específicos del cuerpo, estimula la liberación de endorfinas y otras sustancias químicas que favorecen la relajación y reducen el dolor, ayudando a calmar el sistema nervioso del perro.
El masaje, por su parte, puede aliviar la tensión muscular y promover una sensación general de bienestar, mejorando la circulación y favoreciendo un estado de tranquilidad. - Tratamiento terapéutico prolongado: La elaboración de un plan de tratamiento terapéutico prolongado, cuidadosamente y con el apoyo de profesionales experimentados, puede ser de gran ayuda para el tratamiento eficaz de los ataques de pánico en perros.
Un enfoque estructurado y bien planificado permite no sólo hacer frente a las crisis agudas, sino también predecir y prevenir futuros episodios, mejorando significativamente la calidad de vida del perro y reduciendo el estrés tanto del animal como del dueño.
Conclusión
En conclusión, reconocer un ataque de pánico en su perro y saber cómo intervenir rápidamente es esencial para el bienestar y la tranquilidad de su amigo peludo. Estos episodios, si no se tratan correctamente, pueden tener un impacto duradero en la calidad de vida de su perro, por lo que es crucial intervenir a tiempo.
Además, comprender las causas que pueden desencadenar un ataque de pánico es igualmente importante. No hay que subestimar en absoluto los factores ambientales, las experiencias traumáticas pasadas y la sensibilidad individual del perro. Identificar y reconocer estos factores permite no sólo intervenir eficazmente durante un ataque, sino también tomar medidas preventivas para reducir la probabilidad de que se repitan.