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El tetrahidrocannabidiol (THC) es uno de los muchos principios activos extraídos de las plantas de cannabis. A diferencia del cannabidiol (CBD), es un narcótico que puede causar incluso graves repercusiones si se toma en cantidades excesivas. Los riesgos potenciales asociados al uso excesivo han llevado a establecer leyes que prohíben el comercio y el consumo de THC en la mayoría de los países: la venta y la compra de tetrahidrocannabidiol en Italia es, por tanto, ilegal actualmente. Sin embargo, a pesar de las numerosas prohibiciones, el uso del THC se tolera en el caso de determinadas condiciones clínicas. Descubramos, por tanto, cuáles son los principales efectos secundarios del tetrahidrocannabidiol, cómo actúa directamente sobre el cuerpo humano y cuáles son los campos de aplicación del cannabis medicinal.
Qué es el tetrahidrocannabinol
Comúnmente conocido como THC, el tetrahidrocannabidiol es uno de los más de 113 cannabinoides que se encuentran en las plantas de Cannabis Sativa. Conocida por sus propiedades psicóticas, está clasificada como estupefaciente y, por lo tanto, está sujeta a estrictas restricciones legales. La ingesta de cantidades excesivas de tetrahidrocannabidiol puede provocar repercusiones psicológicas y físicas que pueden dañar gravemente ciertas funciones corporales, incluso de forma permanente.
El estado de concienciaalterado que suele asociarse a la introducción del THC puede poner en peligro no sólo al individuo en cuestión, sino también a las personas que le rodean: se desaconseja encarecidamente conducir o realizar acciones que requieran un alto nivel de alerta después de fumar marihuana.
Fumar o introducir periódicamente el THC a través de comestibles puede, a largo plazo, desencadenar un proceso adictivo. Por ello, la comercialización y el uso recreativo de esta sustancia están prohibidos en la mayoría de los países del mundo.
Sin embargo, a pesar de los riesgos asociados, parece tener algunas características potencialmente curativas. Los estudios científicos, de hecho, han demostrado la posibilidad de utilizar el THC en ciertas condiciones clínicas particularmente críticas: la marihuana terapéutica es efectivamente capaz de actuar donde algunos medicamentos parecen ser ineficaces.
Dónde se encuentra el THC
La forma más fácil de conseguir efectos inmediatos es fumar marihuana. Sin embargo, esta última también puede tomarse a través de comestibles o aceites corporales. Para entender completamente cómo funciona esta sustancia, es bueno dar un paso atrás para investigar cuál es la fuente natural del tetrahidrocannabidiol. Ya hemos dicho cómo se obtiene el THC de las plantas de Cannabis Sativa. Sin embargo, esta información es incompleta. El principio activo que provoca la sensación de “subidón” se extrae de las flores femeninas no fecundadas de una variedad de Cannabis Sativa, conocida como marihuana.
Sin embargo, dentro de las inflorescencias femeninas hay un buen porcentaje de THCA, o tetrahidrocannabidiol en su forma inactiva. Para activar el ingrediente activo y disfrutar de todos los efectos físicos y mentales, debe calentarse a alta temperatura. Durante el proceso de descarboxilación, el THC extraído se somete a temperaturas superiores a los 100 grados centígrados y, en consecuencia, se activa. Por lo tanto, el cannabis sólo se vuelve psicoactivo después de ser expuesto al calor.
Por lo tanto, el THCA y el THC causan efectos muy diferentes. Mezclar y beber las flores de la planta “cruda” no altera el estado de conciencia y no causa efectos psicotrópicos. Por el contrario, fumar marihuana, y por tanto calentar el THC, permite disfrutar de las consecuencias mencionadas.
Efectos del tetrahidrocannabinol
Pero, ¿cómo afecta el tetrahidrocannabinol al cuerpo humano?
Al igual que su homólogo, el CBD, el THC también interactúa con un sistema biológico que regula la mayoría de las funciones vitales. Este último se conoce como sistema endocannabinoide y funciona a nivel nervioso para mantener la homeostasis en el organismo. Los receptores cannabinoides CB1 y CB2, los endocannabinoides y las enzimas son los tres componentes del sistema que trabajan juntos para realizar esta función de forma óptima.
Los endocannabinoides, en particular, son cannabinoides producidos naturalmente por el cuerpo y tienen una estructura muy similar a la de los cannabinoides que se encuentran en el cannabis (CBD y THC). Debido a esta similitud, el THC es capaz de unirse a sus receptores – CB1 y CB2 – y desencadenar diversas reacciones.
Pero, ¿cuáles son concretamente estos efectos físicos y mentales?
Tomar THC provoca primero una sensación de calma y paz interior, seguida de una sensación de fuerte euforia. Esto último puede convertirse en buen humor, pero también en pena y abatimiento inmotivados. La reacción suele depender del estado en el que se encuentra la persona antes de tomar la marihuana. Sin embargo, la excitación no es la única consecuencia probada. De hecho, exagerar con las cantidades es muy peligroso y puede causar efectos mucho mayores.
El THC puede afectar a la memoria a corto plazo y disminuir la capacidad de concentración. La sensación de “subidón” que suele asociarse al tetrahidrocannabinol restringe varias funciones corporales y mentales, como el movimiento y la coordinación. Tomar marihuana antes de una actividad deportiva afecta negativamente al rendimiento y, además, es ilegal. Otra función deteriorada es, sin duda, la capacidad de juicio. Los efectos son, en general, muy similares a los asociados a la introducción de alcohol en el organismo.
El efecto del THC en el cerebro
Al interactuar con el sistema endocannabinoide, el tetrahidrocannabinol actúa principalmente en el sistema nervioso central y periférico. Los efectos sobre el organismo y especialmente sobre el cerebro dependen de la frecuencia de uso y, sobre todo, de la cantidad de principio activo utilizado. Fumar o consumir productos que contengan altos porcentajes del ingrediente activo puede causar graves repercusiones.
El control de la situación cuando se toma THC es un elemento esencial, si no el más importante: la conciencia de los riesgos y la inteligencia para no sobrepasar el límite son cruciales para no caer en situaciones desagradables. El consumo habitual de marihuana estimula la producción de dopamina y, a largo plazo, puede provocar adicción.
La necesidad constante de experimentar ese estado de exaltación y excitación suele ir acompañada de otras graves implicaciones que afectan principalmente a la zona delhipocampo. Esta última es una parte del cerebro situada en el lóbulo temporal, que participa en procesos cognitivos como la memoria -a largo y corto plazo-, elaprendizaje y laorientación.
Los estudios científicos demuestran cómo fumar una cantidad exagerada de marihuana provoca daños que afectan a cada uno de estos procesos. El consumo de cannabis reduce la capacidad de detener una acción motora en curso, puede provocar trastornos del aprendizaje, psicosis, fallos de atención, crisis de ansiedad e incluso alucinaciones y reacciones violentas.
Tratamientos farmacológicos con THC
Las opiniones sobre el uso de la marihuana con fines medicinales son variadas. De hecho, los numerosos efectos secundarios asociados al cannabidiol influyen en los médicos y científicos que se posicionan a favor o en contra del uso del cannabis medicinal.
Sin embargo, las pruebas clínicas han demostrado que el THC puede utilizarse para aliviar ciertos síntomas relacionados con enfermedades muy graves. De hecho, puede ocurrir que en determinadas situaciones clínicas los medicamentos tradicionales no cumplan del todo su función. En estos casos, se puede utilizar la marihuana medicinal para intentar ayudar al paciente en la medida de lo posible. El uso del THC como alternativa a ciertos medicamentos sólo está permitido por la ley con la prescripción de un médico y bajo ciertas condiciones especiales.
Entre las situaciones más comunes se encuentran los casos de esclerosis múltiple -una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso central-, los pacientes sometidos a quimioterapia y los enfermos de sida y anorexia nerviosa. Todas estas son condiciones muy debilitantes. El uso del tetrahidrocannabidiol con fines terapéuticos está aprobado por ser capaz de estimular el apetito, calmar el dolor e infundir una sensación de calma y serenidad.
Otro ámbito de aplicación es el de los pacientes que sufren el síndrome de Tourette, un trastorno neuropsíquico que hace que la persona emita sonidos y movimientos involuntarios. Las repercusiones en el plano físico suelen ir acompañadas de graves consecuencias en el plano de la interacción social y la reducción de la autoestima en general. Los productos de marihuana actúan directamente sobre la causa del trastorno y son capaces de reducir los síntomas de la enfermedad, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
El THC frente al cannabis legal
El tetrahidrocannabidiol no es el único principio activo que contiene el Cannabis Sativa. Sustancia natural con excelentes propiedades, el cannabidiol se extrae a su vez de la misma planta, más concretamente de una variedad más conocida como cáñamo. Tanto la marihuana como el cáñamo son variedades de Cannabis Sativa, pero se someten a técnicas de cultivo ligeramente diferentes. Mientras que los cultivos de marihuana pretenden acentuar los efectos psicoactivos del THC, los de cáñamo tienen como objetivo final utilizar la planta con fines terapéuticos.
A diferencia del tetrahidrocannabidiol, el CBD o cannabidiol se conoce comúnmente como“cannabis legal“. Esta última no está sujeta a ningún tipo de restricción y fue retirada de la lista de sustancias estupefacientes en 2018. Sus numerosas propiedades beneficiosas -antiinflamatorias, analgésicas, hidratantes, calmantes- lo han convertido en un ingrediente muy popular en muchos productos para el cuerpo y la piel. Utilizado por deportistas y atletas profesionales, ha demostrado ser un excelente analgésico natural que puede acelerar el proceso de recuperación de la fuerza tras largas sesiones de entrenamiento, así como un remedio contra la ansiedad por el rendimiento y los trastornos del sueño.
Mientras que el consumo de THC es adictivo y adictivo, el consumo de CBD es seguro y legalmente tolerado. Cada vez son más las personas que deciden incorporar productos que contienen cannabidiol a sus rutinas diarias o a su vida en pareja. Las cremas, lociones y aceites de CBD son buenas soluciones para reducir el estrés y la agitación sin recurrir a fármacos con posibles efectos secundarios.
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