En el amplio panorama de la medicina contemporánea, que siempre trata de encontrar nuevos remedios para los males del hombre, los compuestos químicos extraídos de la planta de cannabis están en el punto de mira.

Los cannabinoides, sustancias naturales con un enorme potencial, están ganando reconocimiento científico por su papel en el tratamiento y, en algunos casos, en la curación de distintas enfermedades.

Tanto hoy como hace milenios.

El mundo científico dedica cada vez más atención a estas sustancias, que van mucho más allá del conocido y discutido componente psicoactivo del cannabis, el THC.

Los investigadores están estudiando el impacto de los cannabinoides en una amplia gama de condiciones médicas, dando luz a nuevas posibilidades terapéuticas. En este artículo, examinaremos los descubrimientos y avances más recientes en la comprensión de cómo los cannabinoides interactúan con nuestro sistema biológico para hacer frente a enfermedades específicas.

Durante décadas, el debate sobre este tema ha sido acalorado y a menudo polarizado, pero la ciencia no se detiene y sigue arrojando luz sobre las propiedades de la naturaleza y de la Tierra. A medida que los investigadores profundizan en los mecanismos de acción de los cannabinoides, surgen perspectivas prometedoras para enfermedades que de otro modo serían difíciles de tratar.

Descubramos juntos las enfermedades tratables con los cannabinoides, dando luz a tratamientos innovadores y personalizados para condiciones resistentes a los métodos tradicionales. Mediante una cuidadosa exploración, profundizaremos en el potencial terapéutico de los cannabinoides sin descuidar la necesaria atención a los retos éticos y normativos que rodean esta nueva frontera de tratamiento médico.

¿Cuál es el cannabis que se considera medicinal?

El cannabis medicinal se refiere a variedades específicas de plantas de cannabis o sus derivados que se utilizan con fines médicos bajo la supervisión de profesionales de la salud. Esta categoría, como cualquier otro cannabis, incluye principalmente dos tipos de cannabinoides: el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol), cada uno con propiedades terapéuticas únicas.

La diferencia entre THC y CBD, entre el cannabis medicinal y el cannabis “light” es que el primero contiene una cantidad bastante elevada de THC, que puede superar el 20%. Por este motivo, se ha limitado al ámbito médico, de ahí su clasificación como “terapéutico”, y solo se puede adquirir en farmacias con receta médica. 

Dos medicamentos con esta formulación básica que han sido largamente estudiados por los científicos durante sus experimentaciones son Sativex y Bedrocan.

Sativex es un medicamento que contiene una combinación de THC y CBD y suele utilizarse para tratar síntomas asociados a enfermedades como la esclerosis múltiple. Su formulación en spray bucal facilita la ingesta y proporciona una dosis controlada de cannabinoides, ayudando a controlar síntomas como la espasticidad muscular.

Bedrocan es un producto de cannabis estandarizado que se utiliza en varios países con fines médicos. Con una composición equilibrada de THC y CBD, Bedrocan se prescribe para tratar síntomas de diversas afecciones, incluidos el dolor crónico y las náuseas asociadas a tratamientos como la quimioterapia.

Además de Sativex y Bedrocan, hay otros medicamentos basados en el cannabis o derivados de cannabinoides que se están desarrollando y probando para una amplia gama de condiciones médicas.

Los médicos recurren al cannabis medicinal cuando ven que sus pacientes no reaccionan positivamente a los tratamientos tradicionales o cuando experimentan efectos secundarios. Antes de llegar a este tema, descubramos qué enfermedades pueden tratarse con cannabinoides.

¿Qué se puede tratar con el CBD?

El CBD, en concreto, es el cannabinoide no psicotrópico que se encuentra también en gran cantidad en la hierba legal. Aunque se elige el cannabis medicinal para el tratamiento de enfermedades graves porque contiene altos niveles de THC, el CBD también ha demostrado ser extremadamente potente sin traer consigo el inconveniente del “subidón”. 

Este principio activo sigue siendo objeto de numerosos estudios científicos, que han demostrado su eficacia potencial en el tratamiento de una serie de afecciones de las que hablaremos a continuación. 

Dolor crónico 

Se ha demostrado que el CBD es eficaz para reducir el dolor asociado con diversas condiciones, como la artritis, la fibromialgia, el dolor neuropático y el dolor provocado por el cáncer. Con las gotas de CBD para el dolor se puede tratar tanto el dolor agudo, derivado de una causa conocida y actual, como el dolor crónico. 

Una revisión de 2020 sobre el enfoque equilibrado del uso de cannabidiol en el dolor crónico enseñó que el CBD es eficaz en el tratamiento de este tipo de dolor, ya que reduce la inflamación y ayuda a conciliar el sueño. 

A veces, en casos extremos, el médico tratante también puede prescribir cannabis terapéutico para el dolor crónico. 

Hay muchos otros estudios sobre el tema, como los relativos a la inflamación y el dolor relacionados con la artritis. El gel transdérmico utilizado en el estudio con ratas redujo significativamente la inflamación de las articulaciones y la intensidad del dolor. 

Otro uso del CBD probado exhaustivamente es contra el dolor neuropático. Los resultados en humanos se recogieron en una revisión de 2017 sobre cannabinoides selectivos para el dolor neuropático. Los pacientes del estudio que recibieron CBD en la terapia del dolor informaron de una reducción significativa de la intensidad en una evaluación de escala numérica.

Ansiedad y depresión 

Desde hace décadas, los científicos investigan tratamientos alternativos a los fármacos antidepresivos clásicos, dado que se trata de medicamentos muy fuertes que conllevan adicción y posibles efectos secundarios peores que la patología que pretenden tratar. 

Una revisión de 2015 propuso el cannabidiol como posible tratamiento para los trastornos de ansiedad. Las pruebas preclínicas han demostrado la eficacia del CBD para reducir el comportamiento ansioso en trastornos como el de estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, la enfermedad de Parkinson y el trastorno afectivo estacional. 

Otra revisión realizada en 2020 propuso el cannabidiol como posible nueva alternativa para el tratamiento de la ansiedad, la depresión y los trastornos psicóticos. Los modelos animales demostraron que la administración de CBD minimiza todos los comportamientos relacionados con el estrés, además de modular la hiperactividad y tener propiedades antipsicóticas. 

Trastornos del sueño 

Entre las condiciones que pueden tratarse con cannabinoides se encuentra el insomnio, una afección que el CBD trata de múltiples formas. Como acabamos de ver, el cannabidiol reduce la ansiedad y el estrés, dos causas muy comunes de la pérdida de sueño y la falta de tranquilidad. 

Según la Sleep Foundation, el CBD también ayuda a tratar el trastorno de conducta del sueño REM, en el que los pacientes verbalizan y realizan movimientos. Un estudio realizado en pacientes con la enfermedad de Parkinson demostró una reducción del trastorno de 2-7 veces por semana a 0-1 veces después de tomar CBD. 
Según la fuente, el CBD también puede curar la somnolencia diurna excesiva. Quienes padecen este trastorno se sienten cansados todo el tiempo y tienen dificultades para mantenerse despiertos durante el día. Los estudios en animales han mostrado que el CBD puede ayudar a despertar, y garantiza al mismo tiempo un sueño reparador.

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Epilepsia

Además, se ha demostrado que el CBD es útil en el tratamiento de la epilepsia, ya que reduce la intensidad y la cantidad de las convulsiones en los que padecen esta condición. 

Se han realizado numerosos estudios científicos sobre el tema. Podemos mencionar esta revisión de 2023 sobre la eficacia y seguridad a largo plazo del cannabidiol en pacientes con epilepsia resistente al tratamiento. La evaluación inició en 2014, y estos resultados se recogieron a principios de 2019, precisamente para conocer los efectos a largo plazo del tratamiento. El uso de CBD se ha asociado con una reducción sostenida de las convulsiones durante hasta 192 semanas con un perfil de seguridad aceptable.

De gran interés es la revisión publicada en el European Journal of Pediatric Neurology que investiga la eficacia y seguridad del cannabidiol como terapia adicional en la epilepsia resistente a medicamentos en niños. Se encuestó a 24 niños de entre 2 y 19 años que no habían experimentado beneficios con 11 fármacos antiepilépticos. El resultado fue que el 47,9% de los pacientes informaron de una reducción superior al 50% en las convulsiones debido al CBD, con una tolerancia razonable del medicamento.

Enfermedades inflamatorias

En una revisión de 2020 sobre las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del cannabidiol, se descubrió que el CBD puede potenciar indirectamente los efectos antiinflamatorios. Además, según estos hallazgos, se cree que el sistema endocannabinoide, que incluye receptores acoplados a las proteínas G y sus ligandos lipídicos endógenos, puede ser responsable de la modulación terapéutica del estrés oxidativo en diversas afecciones. 

Hace varias décadas ya se identificó el fitocannabinoide cannabidiol que, al interactuar con el sistema endocannabinoide, representa una molécula muy interesante para la farmacoterapia. 

Se ha comprobado asimismo que no tiene efectos psicotrópicos, a diferencia del THC. De hecho, otros estudios han demostrado que el CBD puede aliviar el efecto psicoactivo inducido por el THC.

Cáncer

El CBD se está estudiando por su posible uso en el tratamiento del cáncer, en particular para el manejo del dolor, las náuseas y vómitos asociados con la quimioterapia. Según una revisión de 2022 sobre la eficacia del cannabidiol en el tratamiento del cáncer, parece que el CBD puede actuar sobre la patogénesis tumoral. 

En cuanto a los síntomas, resulta que el CBD tiene resultados positivos en el tratamiento de síntomas relacionados con el cáncer, incluyendo ansiedad, depresión, trastornos del sueño, náuseas y vómitos, caquexia, dolor y neuropatía, y mucositis oral. 

El CBD, por otra parte, parece capaz de frenar el crecimiento de las células cancerosas. Por supuesto, es responsabilidad de los médicos mantenerse al día con este tipo de tratamiento. 

Precauciones para la uso de cannabis terapéutico

Como ocurre con todas las plantas medicinales, el uso del cannabis también requiere precauciones específicas para garantizar su seguridad y eficacia. Aquí tienes algunas pautas a tener en cuenta:

• Evaluación médica: antes de iniciar el consumo, es esencial someterse a una evaluación exhaustiva por parte de un profesional médico, que debe confirmar el diagnóstico y establecer que el cannabis medicinal es una opción adecuada;
• Seguimiento regular: tras iniciar la terapia, es necesario un seguimiento continuo para evaluar la eficacia y los efectos secundarios; puede ser necesario ajustar la dosis;
• Empezar con dosis bajas: se recomienda empezar con dosis bajas y aumentarlas gradualmente si es necesario, esto ayuda a minimizar los efectos secundarios y a encontrar la dosis mínima efectiva;
• Método de administración: existen diferentes formas de administración (aceite, cápsulas, vaporización); la elección depende del estado de salud y de las preferencias del paciente;
• Control de los efectos secundarios: es importante informar inmediatamente al médico de cualquier efecto adverso o reacción alérgica, aunque son poco frecuentes;
• Interacciones con otros medicamentos: el cannabis puede interactuar con otros medicamentos, alterando su eficacia o aumentando el riesgo de efectos secundarios, por lo que es una buena idea informar a su médico de todos los medicamentos que está utilizando.

Siguiendo estas precauciones, el consumo de cannabis medicinal puede gestionarse de forma segura y eficaz, maximizando los beneficios y reduciendo los riesgos asociados.

¿Hay algún efecto secundario?

Como ocurre con cualquier tipo de droga o sustancia, el uso de cannabinoides puede provocar efectos secundarios si no se siguen los métodos de administración correctos. 

Los efectos secundarios pueden variar mucho de persona a persona y dependen de varios factores, como la dosis, la frecuencia de uso, la vía de administración y la sensibilidad individual. 

Algunos efectos secundarios asociados con el consumo de cannabinoides incluyen:

• Sedación y deterioro cognitivo: algunos cannabinoides, en particular el THC, pueden causar somnolencia, cansancio y deterioro cognitivo, como dificultades de concentración y problemas de memoria;
• Efectos psicotrópicos: pueden variar desde cambios leves en la percepción hasta experiencias más intensas que alteran la realidad;
• Boca seca: la sensación de sequedad en la boca es un efecto secundario común asociado con el consumo de cannabinoides;
• Aumento del apetito: el consumo de cannabis puede aumentar el apetito, lo que se conoce comúnmente como “comer en exceso” o “hambre de cannabis”;
• Ansiedad y paranoia: algunas personas pueden experimentar ansiedad, paranoia o una mayor sensibilidad a la ansiedad en respuesta al consumo de cannabinoides, en particular a dosis más altas de THC;
• Efectos cardiovasculares: posibles aumentos temporales de la frecuencia cardiaca.

La mayoría de los efectos secundarios pueden estar relacionados con un nivel elevado de THC, por lo que es importante tener una prescripción médica antes de recurrir a este remedio. Por lo tanto, algunos efectos secundarios pueden estar asociados con el uso de cannabis medicinal. Respecto al CBD, las contraindicaciones se producen muy a menudo porque no se ha seguido correctamente la dosificación o por la interacción con otros medicamentos.

¿Quién puede tomar cannabis medicinal?

Como hemos dicho, el cannabis medicinal es un producto especial que solo se recomienda en casos específicos decididos por un médico.

Los criterios para prescribir cannabis medicinal son los siguientes:

• La patología debe ser grave o crónica;
• La patología debe ser refractaria a los tratamientos convencionales;
• Debe existir literatura científica acreditada que apoye la eficacia del cannabis medicinal en el tratamiento de la patología.

Y ahora veamos quién puede prescribirlo.

¿Quién prescribe cannabis medicinal?

La prescripción de cannabis medicinal está regulada por las leyes y normativas locales de cada país o estado. En muchos casos, la prescripción de cannabis medicinal está reservada a médicos especializados en áreas médicas específicas y autorizados por las autoridades sanitarias locales. 

Los médicos deben evaluar cuidadosamente el estado del paciente y determinar si el uso de cannabis medicinal puede ser una opción adecuada para el tratamiento de su condición.

Entonces, ¿quién puede recetar Sativex? ¿O quién puede recetar Bedrocan? Pueden recetarlos médicos calificados, a menudo especializados en el tratamiento del dolor crónico o en oncología. Una vez obtenida la prescripción de un médico, los medicamentos pueden adquirirse en farmacias. 

La prescripción de cannabinoides depende, por tanto, de la composición de los productos específicos, en ese momento. Es fundamental estar al día, ya que la normativa en este campo cambia rápidamente. 

Cuándo es reembolsable el cannabis medicinal

En España, el cannabis medicinal está en proceso de regulación. Actualmente, no es reembolsable por el sistema de salud público. El Ministerio de Sanidad está desarrollando un Real Decreto para aprobar su uso medicinal, el cual se encuentra en fase de diálogo y discusión con la sociedad civil. Esta normativa tiene como objetivo garantizar la calidad y seguridad de los compuestos terapéuticos basados en cannabis y proporcionar evidencia científica sobre su eficacia para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La dispensación del cannabis medicinal se plantea principalmente a través de farmacias comunitarias y hospitalarias, mediante fórmulas magistrales y preparados estandarizados. Sin embargo, aún no se ha definido si el autocultivo será permitido, aunque parece que no se incluirá en la normativa final.

Aunque la producción de cannabis medicinal ha aumentado significativamente en los últimos años, la mayoría de la producción actual se destina a la exportación y a la investigación, debido a la falta de un marco regulatorio completo para su uso terapéutico dentro del país.

Productos cannabinoides (CBD)

La investigación sigue revelando las muchas formas en que los cannabinoides pueden ofrecer alivio y mejorar la calidad de vida de quienes se enfrentan a complejos retos médicos.

Desde el uso en el manejo del dolor hasta su empleo en la mitigación de síntomas neurológicos, y mucho más, los cannabinoides están emergiendo como un recurso versátil y potencialmente revolucionario. Sin embargo, es crucial destacar que el uso de cannabinoides con fines terapéuticos debe realizarse bajo la supervisión de profesionales sanitarios calificados, garantizando un enfoque seguro y personalizado.

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