Al principio, fueron Uruguay y Canadá los países que legalizaron el cannabis recreativo. El presidente de Uruguay firmó la ley en diciembre de 2013 que permite su posesión, consumo y venta para los residentes. En 2018, también llegó Canadá.
Hoy en día, muchos países están avanzando hacia la legalización del cannabis, especialmente en Europa.
Europa y Estados Unidos son, de hecho, las zonas del mundo donde las normas se están relajando poco a poco. También tienen mérito los referendos organizados a los que los gobiernos no se opusieron.
La situación es mejor en otros países europeos como los Países Bajos, donde el cannabis se puede vender regularmente en los coffee shops, o en España, donde es posible consumir hierba en casa.
En Italia, la situación actual es todavía muy nebulosa. El cannabis ha sido legalizado a todos los efectos, incluso en su uso, sólo en lo que respecta al cannabis medicinal. El uso recreativo, en cambio, sigue siendo una infracción administrativa y, por tanto, se castiga con una multa.
Aunque el cannabis sigue siendo ilegal en muchos países, la legalización parece inminente en gran parte de Europa. No en vano, incluso la Organización Mundial de la Salud ha declarado que el CBD es una sustancia natural segura. Muy diferente es la situación de Asia y África.
De hecho, nos encontramos en un terreno muy especial, en el que cada estado aplica sus propias leyes. Podemos decir: “Cuando estés en Roma, haz lo que hacen los romanos“. Pero veamos en qué punto se encuentra la legalización del cannabis en España.
El estado de la legalización del cannabis en España
Como hemos dicho, la situación en España es, como mínimo, compleja. El punto de referencia principal es la ley que regula el uso del cannabis, específicamente el Real Decreto 2829/1977, que estableció las bases para el control de estupefacientes en el país.
Pero, lamentablemente, esta normativa impone restricciones significativas a los productores, quienes deben operar bajo estrictas condiciones. Esta legislación ha permitido la comercialización del cannabis sativa solo en determinados ámbitos, como productos alimenticios, cremas y cosméticos, productos semiacabados, materiales para la construcción ecológica, extractos para la fitopurificación de lugares contaminados, la floricultura y materiales para actividades educativas.
Y solo si el contenido de THC, es decir, la sustancia psicoactiva, es inferior al 0,2%.
¿Y el uso? Aquí hay más confusión que nunca.
En España, hoy en día, está permitido el uso de cannabis medicinal, que solo puede ser adquirido en farmacias y con receta médica por quienes padecen patologías específicas.
En cuanto a otros productos, se pueden adquirir para uso técnico, como ambientadores o para coleccionismo. Sin embargo, los productores y los consumidores están realmente convencidos del potencial del cannabis y ya se han comenzado a ver movimientos para cambiar esta situación.
El real decreto para la legalización en España 2021
En octubre de 2021, se presentó la Proposición de Ley 122/000164 con el objetivo de repensar el marco normativo del cannabis en el ámbito de la sanidad pública. Esta Ley y pretende dotar a España de un marco normativo sólido y coherente con la realidad social relativa a las actividades agrarias, industriales, comerciales, terapéuticas o recreativas relacionadas con la planta del cannabis.
La propuesta recibió un considerable apoyo popular, reflejado en una amplia recogida de firmas y en la movilización de asociaciones y colectivos a favor de la legalización. Sin embargo, también enfrentó una fuerte oposición por parte de sectores conservadores y algunos partidos políticos que argumentaban los posibles riesgos para la salud pública y la seguridad.
De cara al futuro, los promotores de la ley no se rinden y continúan trabajando para modificar la percepción pública y política sobre el cannabis. Consideran que una regulación adecuada podría reducir el mercado negro, garantizar la calidad y seguridad de los productos y generar ingresos fiscales. La discusión sigue abierta y se espera que el debate sobre la legalización del cannabis en España continúe en los próximos años, con perspectivas de posibles avances legislativos.
La razón de la legalización del Cannabis
La legalización del cannabis podría, en primer lugar, reducir el mercado negro. De hecho, millones de personas recurren a los traficantes callejeros para conseguir lo que el gobierno les niega y esto pone en peligro su salud. La legalización del producto alejaría el mercado y los beneficios de la delincuencia organizada y haría que tanto la compra como el consumo fueran más seguros.
En segundo lugar, permitiría que todas las personas que sufren enfermedades que no son lo suficientemente graves como para obtener un certificado médico sigan teniendo acceso a un remedio que se utiliza en medicina desde el año 3.000 antes de Cristo.
Muchos medicamentos tradicionales tratan enfermedades pero, por otro lado, también crean fuertes contraindicaciones que pueden resultar incluso más perjudiciales que la dolencia que tratan. Por eso muchos pacientes se decantan por las curas naturales, porque en la naturaleza está todo lo que el cuerpo necesita para sentirse bien. Pero estas leyes restrictivas les obligan a cultivar ilegalmente en casa, con el riesgo de incurrir en fuertes multas si son descubiertos.
Por lo tanto, las políticas actuales parecen haber fracasado con respecto al cultivo y al consumo, sólo han aumentado el número de personas afectadas por sanciones administrativas y penales, y han provocado el hacinamiento en las cárceles.
Por qué es difícil obtener la legalización
No existe un frente común respecto a la legalización del cannabis porque cada fuerza ha adoptado su propia posición, que a menudo está en total desacuerdo con las demás. Se trata, por tanto, de una búsqueda continua de compromisos.
A principios de los años 90, España endureció las penas por tráfico de drogas, aunque se mantuvo la despenalización del consumo privado. En 2015, la Ley Orgánica 4/2015, conocida como “Ley Mordaza“, impuso sanciones administrativas por la posesión y consumo de drogas en lugares públicos.
En 2021, se presentó una propuesta de ley para regular el uso medicinal y recreativo del cannabis, permitiendo el autocultivo y creando un mercado regulado. Aunque no avanzó, reflejó un cambio en la percepción del cannabis.
El Tribunal Supremo de España ha otorgado concesiones en el autocultivo para uso personal y medicinal, creando un marco legal más flexible. Sin embargo, la situación sigue siendo controvertida y encontrar una solución que satisfaga a todos es complicado.
La Ley del Cannabis y el ejemplo de Canadá
Canadá se ha convertido en un ejemplo mundial en la legalización del cannabis con su ley c-45, también conocida como Cannabis Act.
Fue el Partido Liberal el que propuso la legalización en 2012 para el lanzamiento de Justin Trudeau, que se convirtió en primer ministro tres años después. El proyecto de ley fue aprobado en noviembre de 2017 por la Cámara de los Comunes y en junio de 2018 por el Senado. Cuando entró en vigor, la ley convirtió a Canadá en el segundo país del mundo, después de Uruguay, en legalizar el uso recreativo del cannabis.
Por un lado, la Ley del Cannabis regula el cultivo, la venta y el consumo de cannabis, mientras que por otro lado aborda las sanciones por las infracciones, especialmente la venta a menores y el abuso mientras se conduce. Sólo los mayores de 18 o 19 años, según la legislación de su provincia, pueden comprar, poseer o consumir cannabis, con un máximo de 30 gramos.
Esta ley tiene por objeto proteger la salud y la seguridad de los ciudadanos y, en particular, proteger a los jóvenes y quitarle poder a la delincuencia organizada. El cannabis que se considera legal es el que está controlado y sometido a pruebas de contaminación, el que contiene niveles particulares de THC y CBD, y por el que los productores pueden responder si hay un problema de calidad o seguridad.
Por ello, Canadá es un ejemplo para el resto del mundo porque, por un lado, ha cedido, pero siempre anteponiendo la protección de sus ciudadanos. Esto es lo que uno espera que ocurra también en Italia, tarde o temprano.
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