La cara es el espejo de la salud de nuestra piel y la aparición de granos e impurezas puede afectar significativamente a nuestra confianza y bienestar. Puedes sentirte incómodo con otras personas, tener problemas de autoestima y no sentirte bien. 

Probablemente te estás preguntando, ¿existe una solución para los granos y las impurezas? Por supuesto que sí, si tu deseo de encontrar un tratamiento adecuado es fuerte.  

Vamos a descubrir juntos las raíces de estos inconvenientes dermatológicos, revelando las múltiples causas que van más allá de la adolescencia, como el estrés, la alimentación y la predisposición genética. 

Profundizaremos en los diferentes tipos de granos e impurezas, analizando cómo cada tipo requiere un enfoque específico de cuidado de la piel. 

También exploraremos los tratamientos disponibles, desde el cuidado diario de la piel en casa hasta las opciones dermatológicas avanzadas, pasando por los productos especializados. 

Conocer las causas subyacentes y adoptar una estrategia de tratamiento personalizada es fundamental para conseguir una piel sana y radiante. En muchos casos, solo es cuestión de cambiar un poco tus hábitos diarios y ya puedes lograr grandes resultados.

¿Qué son los granos?

Los granos son pequeñas lesiones cutáneas que se forman cuando los folículos pilosos de la piel se obstruyen con sebo, células muertas y bacterias. Esto puede hacer que la piel se inflame. 

A diferencia de los comedones, también conocidos como puntos negros o blancos, según estén abiertos o cerrados, los granos son una verdadera inflamación dolorosa. Es fácil notar cómo se forman justo donde están los folículos pilosos. 

Los granos son una manifestación común del acné, pero también pueden aparecer ocasionalmente sin que se asocien a esta afección.

Existen diferentes tipos de granos:

• Comedones: granos no inflamados, que se forman cuando los poros se obstruyen con sebo y células de la piel, pero sin inflamación; 
• Pápulas: pequeños granos rojos e inflamados que no contienen pus;
• Pústulas: granos rojos más grandes, a menudo llenos de pus;
• Nódulos: bultos más profundos y dolorosos bajo la piel, asociados con una inflamación más grave;
• Quistes: formaciones subcutáneas que contienen pus y otros fluidos, a menudo más grandes y dolorosas.

¿Cómo se forman los granos? ¿Especialmente los que aparecen esporádicamente? Puede que un día te despiertes y encuentres uno nuevo justo en medio de la cara, sin poder explicarte cómo es posible. Ahora, vamos a intentar explicar las principales causas de los granos y las impurezas.

¿Cuáles son las causas de los granos en la cara o el cuerpo?

Las causas de los granos en la cara o el cuerpo son diferentes, muy variadas y pueden cambiar de una persona a otra. 

Veamos algunos factores comunes que, en ocasiones, coinciden con hábitos habituales en Occidente: 

• Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales relacionadas con la adolescencia, el embarazo, la regla o trastornos hormonales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) pueden contribuir a la aparición de granos;
• Alimentación: muchos estudios sugieren que los alimentos de alto índice glucémico y los productos lácteos pueden influir en la formación de granos en algunas personas;
• Estrés: puede desencadenar cambios hormonales que contribuyen a los problemas cutáneos, incluido el acné, y por eso, suele denominarse acné por estrés; 
• Irritación de la piel: el uso de productos de cuidado de la piel demasiado agresivos, el tratamiento incorrecto de la piel o una irritación por fricción pueden provocar la aparición de granos e impurezas; 
• Entorno: la exposición excesiva a contaminantes ambientales o a climas especialmente húmedos puede afectar a la salud de la piel, al igual que la exposición al sol sin la protección solar adecuada; 
• Tabaquismo: provoca estrés oxidativo en la piel, lo que conlleva tanto un envejecimiento prematuro como la aparición de impurezas; 
• Medicamentos: algunos medicamentos fuertes como antibióticos, antidepresivos o esteroides pueden causar un brote de granos en la cara, así como otras complicaciones. 

Como las causas son variadas, el tratamiento de los granos a menudo requiere un enfoque multilateral que puede implicar cambios en el estilo de vida, una rutina adecuada de cuidado de la piel y, en algunos casos, la intervención de un dermatólogo para tratamientos específicos.

¿Qué significan tus granos según donde salen?

La ubicación de tus granos puede indicar las posibles causas subyacentes y muchos la utilizan para entender el desencadenante específico. 

Esta técnica se llama “face mapping“, o mapeo facial, y se basa en la medicina tradicional china. Según el mapeo facial, las distintas zonas de la cara están asociadas con diferentes órganos o funciones del cuerpo.

Aquí hay un breve resumen del mapeo facial con respecto a los granos: 

• Frente: se relaciona con el sistema digestivo, por lo que los granos en la frente pueden deberse a problemas como el reflujo ácido o el síndrome del intestino irritable (SII);
• Nariz: está relacionada con los pulmones y el corazón, por lo que los granos y las impurezas en esta zona pueden ser causados por problemas como el asma o la bronquitis;
• Cejas: los granos en esta zona pueden deberse al estrés, trastornos del sueño o irritación por depilación o maquillaje;
• Sienes: granos relacionados con problemas renales o de vejiga;
• Mejillas: los granos pueden deberse a problemas respiratorios o del sistema linfático;
• Barbilla y mandíbula: relacionados con cambios hormonales, como los que ocurren durante la pubertad, el embarazo o la menopausia;
• Pecho y espalda: pueden deberse a problemas de tiroides o del sistema inmunitario, o también ser señal de problemas digestivos o intestinales.

La teoría del mapeo facial es fascinante, pero es importante destacar que no existe ninguna evidencia científica que la apoye. Si deseas asesoramiento específico, siempre es mejor consultar a un dermatólogo para determinar la causa de tu problema y el tratamiento más adecuado.

¿Puedes prevenir los granos? 

Algunas causas pueden ser más graves y difíciles de tratar, como los desequilibrios hormonales, pero otras dependen de los malos hábitos. Como decíamos, simplemente trabajar en la forma en que hacemos ciertas cosas puede producir beneficios inimaginables. 

Aquí hay algunas recomendaciones esenciales:

• Higiene de la piel: lávate la cara regularmente y suavemente, utilizando un limpiador adecuado para tu tipo de piel. Evita tocarte la cara con las manos sucias;
• Productos adecuados: elige productos para el cuidado de la piel etiquetados como “no comedogénicos” o “no acnegénicos”. Estos productos están formulados para no obstruir los poros;
• Hidratación: mantén tu piel bien hidratada para evitar una producción excesiva de sebo. Puedes utilizar cremas hidratantes naturales; 
• Dieta equilibrada: una dieta saludable y equilibrada puede ayudar a mantener tu piel sana, así que reduce el consumo de alimentos grasos, azucarados y altamente procesados;
• Manejo del estrés: practica técnicas de relajación, como el yoga o la meditación, cada vez que puedas o sientas ansiedad; 
• Limpieza de los objetos en contacto con la cara: asegúrate de que los objetos que entran en contacto con tu cara, como toallas y almohadas, estén limpios para evitar la transmisión de bacterias;
• Evita estresar la piel excesivamente: no frotes demasiado tu piel ni utilices productos abrasivos que puedan irritarla y provocar la formación de granos.

Estas son buenas reglas que debes recordar si quieres cuidar tu cuerpo suavemente, todos los días.

¿Cuándo los granos se convierten en acné?

El acné es una afección cutánea común que ocurre cuando los folículos pilosos de la piel se obstruyen con sebo y células muertas. 

En la transformación de granos ocasionales en acné pueden influir varios factores. El primero es la producción excesiva de sebo. El acné suele aparecer durante la adolescencia debido a cambios hormonales que estimulan a las glándulas sebáceas a producir más sebo. El exceso de sebo se mezcla con las células muertas de la piel y obstruye los poros, formando puntos negros, que pueden convertirse en granos.

Otra causa puede ser la proliferación bacteriana. La bacteria Propionibacterium acnes, que normalmente vive en la piel, puede proliferar en los poros obstruidos, provocando inflamación y granos.

Cuando los poros obstruidos se inflaman, pueden aparecer granos inflamados como pápulas, pústulas y nódulos. La inflamación, en particular, es la característica que define el acné.

Por supuesto, el acné, al tratarse de una enfermedad, puede ser hereditario. Si tus padres tuvieron problemas de acné, puedes ser más propenso a desarrollarlo.

Es importante tener en cuenta que el acné puede variar de leve a severo y que sus causas son complejas y multilaterales. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos tópicos u orales, procedimientos dermatológicos o una combinación de ambos. Cada vez más personas intentan tratar el acné de forma natural para evitar las molestas contraindicaciones debidas a los medicamentos. 

Remedios para los granos

¿No has podido prevenir la aparición de granos e impurezas y ahora quieres saber cómo tratarlos? Todas las recomendaciones que hemos enumerado en el párrafo de prevención son válidas. Incluso cuando el problema ya está presente, tienes que seguir una higiene adecuada, una nutrición correcta y prestar atención a los factores ambientales. 

Los remedios contra los granos se dividen en dos categorías principales: remedios farmacológicos y remedios naturales. 

Vamos a explorar ambos mundos para que te hagas una idea de todas las posibilidades que tienes y lo que implican. 

Remedios farmacológicos

Antes de iniciar cualquier tratamiento farmacológico, es aconsejable consultar a un dermatólogo para una evaluación precisa. Vamos a hablar de estos medicamentos para ofrecerte la visión lo más completa posible de las opciones de tratamiento.

Aquí hay algunos de los remedios farmacológicos utilizados habitualmente para tratar el acné:

• Ácidos tópicos: el ácido salicílico es el remedio más utilizado y ayuda a exfoliar la piel, evitando la obstrucción de los poros, al igual que el ácido glicólico, que actúa sobre el tapón de queratina; 
• Retinoides: como tretinoína, adapaleno, tazaroteno, son derivados de la vitamina A. Ayudan a prevenir la obstrucción de los poros y promueven la renovación celular;
• Antibióticos tópicos: como clindamicina o eritromicina, reducen las bacterias en la piel y la inflamación asociada a los granos;
• Antibióticos orales: en caso de acné más severo, tu médico puede recetar antibióticos orales como doxiciclina, minociclina o tetraciclina;
• Anticonceptivos orales: las mujeres con granos relacionados con el ciclo menstrual pueden beneficiarse del uso de anticonceptivos orales para regular las hormonas implicadas en la producción de sebo;
• Inyecciones de corticosteroides: para granos y nódulos inflamados.

Es esencial utilizar estos medicamentos bajo la supervisión de un profesional sanitario, ya que algunos de ellos pueden tener efectos secundarios, incluso graves, y requieren un manejo cuidadoso. 

Remedios caseros y naturales

Las contraindicaciones serias de los medicamentos empujan cada vez más personas hacia remedios naturales contra los granos esporádicos. Si no se trata de una afección grave que requiera atención médica, puedes intentar tratarlos de forma natural. 

Aquí hay algunos trucos:

• Vinagre de sidra de manzana: diluye el vinagre de sidra de manzana con agua y aplica la solución sobre la zona afectada con una bola de algodón. Es un remedio interesante ya que el ácido del vinagre de sidra de manzana equilibra el pH;
• Mascarillas de arcilla: la arcilla verde y la bentonita pueden ayudar a absorber el exceso de sebo y limpiar los poros. Para crear las mascarillas mezcla el polvo de arcilla con agua o vinagre de sidra de manzana y crea una pasta para aplicar sobre la piel;
• Miel y canela: su combinación tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Mézclalas hasta crear una pasta y aplícala sobre los granos, deja actuar unos 10-15 minutos antes de enjuagar;
• Aloe vera: tiene propiedades calmantes y antiinflamatorias. Aplica un gel de aloe vera sobre la piel afectada para reducir la inflamación y acelerar la curación;
• CBD: otro poderoso remedio natural. El cannabidiol es un principio activo rico en propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, calmantes e hidratantes, que puedes encontrar en muchos cosméticos y añadir a tu rutina de cuidado de la piel; 
• Aceite de árbol de té: conocido por sus propiedades antibacterianas. Aplica una pequeña cantidad diluida en la zona afectada;
• Bicarbonato de sodio: mézclalo con agua para crear una pasta y aplícala sobre los granos e impurezas. Tiene propiedades exfoliantes que pueden ayudar a eliminar las células muertas de la piel.

Recuerda que es importante ser suave con tu piel y hacer siempre una prueba de parche para asegurarte de no tener reacciones adversas a ningún remedio. Si los granos persisten o empeoran, consulta a un dermatólogo. 

¿Cómo prevenir los granos? 

Prevenir la formación de granos requiere un enfoque holístico que incluye una higiene adecuada de la piel, una dieta equilibrada y una serie de buenos hábitos diarios. Como hemos dicho, las causas de los granos pueden ser muchas, como factores genéticos, cambios hormonales, estrés y mucho más.

Para mantener tu piel sana y prevenir la aparición de granos e impurezas, adopta una rutina adecuada de cuidado de la piel. Limpia tu cara regularmente con limpiadores suaves y utiliza productos no comedogénicos y protección solar para prevenir los daños causados por los rayos UV.

La alimentación también desempeña un papel crucial: una dieta equilibrada rica en fruta, verdura e hidratación puede ayudar a mantener la piel sana. Limita el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, así como el alcohol y el tabaco. 

Los remedios farmacológicos pueden ser una opción recomendada en casos de acné persistente o más severo, pero siempre es mejor consultar a un dermatólogo para un asesoramiento personalizado.

Si la situación no es tan grave, explora primero los remedios caseros y naturales, como el vinagre de sidra de manzana, miel y canela, aloe vera o aceites específicos y potentes como el de CBD. 

En definitiva, la prevención de los granos requiere constancia y capacidad de adaptación. 

Cada persona tiene una piel única y responde de forma diferente a los distintos tratamientos. Experimentar con distintas estrategias y adaptar la rutina de cuidado de la piel a tus necesidades individuales puede ser la clave para mantener una piel clara y sana a lo largo del tiempo.